enero 14, 2007

Un lienzo

Soy un joven de quizás 28 años, vivo en un hangar de vidrio sobre una hermosa colina verde... no se de que país o planeta; giro para mirar a mi alrededor y puedo ver todo mi espacio totalmente abierto, no existen muros ni barreras visuales, al fondo esta mi cama, organizada, perfecta; a la derecha un pequeño mueble, contenedor de todo lo necesario para habitar un lugar... sonrío, soy feliz.
Tengo ante mi, la creación mas hermosa del hombre, un lienzo en blanco esperando a ser tocado por la cálida textura de la pintura, temo tocarlo, no quiero agredirlo, quiero que sea el quien se deje tocar, quien se dibuje en mi mente; y en el piso, doce o quince tarros de pintura de varios colores -siento su olor-, pero cuando tomo la brocha para acariciar mi lienzo con un poco de color amarillo, ya no lo siento...
¿Qué pasa?, solo soy alguien al lado de este personaje, alguien que esta viendo y viviendo esta escena, entonces lo entiendo no soy él, estoy sentada en la alfombra y lo miro, también sonrío, lo amo tanto que puedo ser él, sé lo que piensa, siento lo que siente, se me eriza la piel al sentir su mismo placer…….. Pero algo pasa, puedo salir de ellos, entonces me doy cuenta que puedo ser el o ella o los dos, o solo soy el lienzo que anhela la suave caricia de la brocha.

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